miércoles, 12 de octubre de 2011

Lázaro, llega el oido a este toro.


Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, esta a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, e allí puesto, me dijo:
-Lázaro, llega el oido a este toro e oiras gran ruido dentro dél.
Yo simplemente llegue, creyendo ser ansí. Y como sintio la cabeza por de la piedra, afirmo recio la mano y díome una gran calabaza en el diablo del toro, que más de tres días me duro el dolor de la cornada, y díjome:
-Necio, guarde que el mozo del ciego un punto ha de saber mas que el diablo.
Y rió mucho la gracia




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